TIPS

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Buenas Prácticas en el Contrato de Arrendamiento

Buenas Prácticas en el Contrato de Arrendamiento

Buenas Prácticas en el Contrato de Arrendamiento

Buenas Prácticas en el Contrato de Arrendamiento

16 abr 2024

16 abr 2024

16 abr 2024

16 abr 2024

Si formas parte del mundo inmobiliario de las rentas, seguramente has tenido experiencia con una variedad de contratos, y reconoces que la diferencia entre un buen y un mal contrato puede ser crucial para evitar problemas.

Generalmente las cláusulas que están por defecto son las siguientes:

  1. Objeto y descripción de la vivienda

  2. Monto de renta

  3. Vigencia

  4. Uso del inmueble

  5. La obligación de la conservación del inmueble

Sin embargo, existen otras cláusulas importantes que recomendamos que se agreguen, y aquí te explicamos el por qué:

Declarar que el Inquilino conoce las condiciones del Inmueble, y lo devolverá en el mismo estado.

Esta cláusula asegura que ambas partes conocen el estado del inmueble al inicio del arrendamiento, evitando malentendidos o disputas futuras. Al comprometerse a devolver el inmueble en el mismo estado, el inquilino asume la responsabilidad de mantenerlo adecuadamente durante el período de arrendamiento. Esto puede incluir reparaciones menores y el cuidado general del espacio.

Protección: La inclusión de esta cláusula protege al arrendador en caso de que el inquilino cause daños al inmueble durante su ocupación. Si al final del contrato el inmueble no está en el mismo estado que al inicio, el arrendador puede retener parte del depósito de seguridad o tomar otras medidas legales para compensar los daños.

Realizar un listado de los objetos que se entregarán con el inmueble, en caso de que se rente amueblado.

El elaborar un inventario detallado de los objetos amueblados presentes en el inmueble, sirve como un registro de los elementos que están presentes en el inmueble al inicio del arrendamiento. Esto ayuda a delimitar los elementos con los que se entrega la propiedad y cuáles pueden haber sido agregados o retirados durante el arrendamiento.

Protección: Un inventario detallado proporciona un registro claro en caso de daños o pérdidas de los objetos amueblados durante el arrendamiento. Sirve como evidencia de los elementos que se espera que estén presentes al momento de la devolución del inmueble.

Delimitar bien el número aproximado de personas que habitarán el inmueble.

El número de personas que habitan en un inmueble impacta directamente en el consumo de servicios como agua, electricidad y gas. El uso y desgaste de un inmueble están directamente relacionados con el número de personas que lo habitan. Al delimitar el número de residentes en el contrato de arrendamiento, el arrendador puede tener una idea más clara del nivel de desgaste que se espera y planificar el mantenimiento necesario en consecuencia.

Protección: Limitar el número de personas que pueden habitar en la propiedad permite al arrendador mantener un control adecuado sobre quiénes están viviendo en el inmueble. Esto puede ser importante para garantizar la seguridad y el cumplimiento de otras cláusulas del contrato de arrendamiento, como las relativas al subarrendamiento o la ocupación ilegal.

Adjuntar como anexo al contrato, una copia del reglamento de la colonia o condominio del inmueble si fuera el caso.

El reglamento del Residencial o Condominio establece las normas y regulaciones que rigen la convivencia y el uso de las áreas comunes. Al adjuntar una copia del reglamento al contrato de arrendamiento, el inquilino tiene la oportunidad de familiarizarse con estas reglas desde el principio, lo que ayuda a prevenir conflictos y malentendidos futuros. El incumplimiento de las reglas del Residencial o Condominio puede resultar en sanciones para el arrendador.

Protección: Señalar el reglamento dentro del contrato de arrendamiento obliga al inquilino a sujetarse a sus disposiciones y en caso de que las incumpla el arrendador puede reclamar su cumplimiento obligatorio, así como el pago de las indemnizaciones en su caso.

El reglamento del Residencial o Condominio incluye disposiciones destinadas a proteger los derechos y el bienestar de los vecinos, así como a mantener la seguridad y el orden en el área. Al cumplir con estas reglas, el inquilino contribuye a su propia seguridad y la de los demás residentes.

Establecer a cargo de quién deben correr las reparaciones menores o mayores del inmueble.

Definir quién asumirá la responsabilidad de las reparaciones proporciona claridad tanto al arrendador como al inquilino sobre sus respectivas obligaciones en caso de que surjan problemas en el inmueble. Generalmente, se establece que el arrendador está obligado a realizar las reparaciones mayores que llegue a necesitar el inmueble para conservarlo en el mismo estado (siempre y cuando el inquilino lo haya conservado). Por otro lado, el arrendatario debe realizar las reparaciones de aquellos deteriores de poca importancia que sean causados por el continuo uso del inmueble.

Protección legal: Si surge un problema que requiere reparación y las responsabilidades no están claramente definidas en el contrato, podría dar lugar a disputas legales entre el arrendador y el inquilino. Establecer por adelantado quién es responsable proporciona una base sólida para resolver cualquier disputa de manera rápida y efectiva.

Señalar que el arrendador podrá realizar visitas de inspección al inmueble.

Permitir al arrendador verificar el estado del inmueble brinda la oportunidad de asegurarse de que se está manteniendo en buenas condiciones, siempre y cuando sea realice una notificación previa al inquilino de la visita.

Protección: Esto puede ayudar a prevenir problemas de deterioro que podrían volverse costosos si no se detectan y abordan a tiempo. Al incluir esta disposición, se puede evaluar el cuidado adecuado del inmueble y el respeto a las normas de convivencia.

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